A su papá, lo amarraron del pecho, y lo bajaron al pozo que había en el solar, y pa dentro del agua, y pa fuera, y como que se ahogaba, y donde está el dinero, porque antes el dinero era de oro y plata, y lo enterraban, o lo introducían dentro de los revoques de las casas, o entre los muros gruesos de las bardas lo escondían dentro de jarros, así que imagínense como estarían de anchos los muros.
Uno de sus hermanitos, se escondió debajo de un tapanco, abrazando fuertemente a un chivito, y le hacia señas al chivito que estuviera callado, en esa ocasión el niño salvó su vida y la de su animalito, pero no siempre tuvo esa suerte, y también murió acribillado.
Solo alcanzó los 9 años de edad su hermanito..
Cuando se acabó la revolución, a ella no se le acababan todavía las ganas de matar, y yo oyéndola, pensé en mi hija, y en mis futuros nietos y me entró una tristeza, como si me ahogara y quise llorar y no sabía si era por los que murieron o por los que iban a nacer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Historias muy reales de la vida, muchas de las que todos tenemos que contar, solo que no sabemos expresarlas de una manera que resulte amena la lectura.
ResponderEliminar