DOÑA ELPIDIA MENDOZA VIUDA DE CARETA (Doña Pilla)
Originaria de Llano Grande. Su mamá se llamaba Martina Mendoza González y la crío su abuelita doña Lorenza González. Nació el 11 de julio de 1930.
Sus hermanos: Ofelio Saldaña Mendoza, Francisco Casanova Mendoza y Benito Casanova Mendoza.
Se caso con Raymundo Careta Pérez, y sus hijos son: María Cristina, Roberto, Rosa María, María del Carmen, María de Jesús Careta Mendoza y Francisco Margarito Amaro Mendoza.
Me mandaban a vender en burro carbón, leña, según lo que hubiera. Empezaban a hacer la escuela primaria “Expropiación Petrolera”.No me mandaron a la escuela. Mis tíos hacían TOPITOS DE CAÑA, ( cuartitos de caña).
Tenía una comadre, se llamaba Leovigilda, le decíamos Loba.
Aquí en la calle Carranza #802, teníamos una tortillería y molino de nixtamal. Yo tendría unos 23 o 24 años de edad, y ya estaba el otro molino y tortillería, la de los Wong.
Se la pasé la tortillería y molino a mi hija Rosa, la tuvo por un tiempo.
La tortillería se llamaba “El Mexicano”.
Los que vivían por aquí: doña Teresa Rufranco (+), la mamá de Ramón Suastes, Estanislada San Martín, doña Manuela Suastes, mi comadre la modista Mercedes Baltierra, esposa de don Vicente Cruz. Vivía don Anselmo Núñez y su esposa doña Juanita Hernández, que creo que era de la Fuente.
En el 55, cuando el ciclón, todavía vivía mi esposo. Como metro y medio de agua se nos metió a la casa, y nos fuimos a alojar a casa de Geñita Rufranco Careta, que era prima-hermana de mi esposo.
En la mera esquina, vivían Rosalía (Chalía) Ortega y su esposo Romero. Así como Felipe Román y su esposa. Silvestre Núñez, hermano de mi compadre.
Mi esposo era socio fundador de la Cooperativa de Pescadores. Yo era más joven que él, me traía todo el mandado a la casa, solo le hacía una lista; la carne la traía del rastro, porque el iba seguido, ya que compraba los cueros de las vacas y los entregaba ya que se juntaban bastantes.
Un día me comento… ya compré un lugar, que hasta tus propios hijos te lo van a pelear. Y era un lote del cementerio que lo ademaron desde abajo.
Me dijo, quiero que me jures, que me vas a seguir soportando hasta el fin de mis días, y ya veremos, si tú me echas, o yo te echo a la sepultura.
Ya va a cumplir 50 años que murió.
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