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miércoles, 5 de agosto de 2009

El Aguila que Cae ( 7 )

Como áquella, de una comunidad muy humilde, retirada de toda civilización, situada detrás de una lomita, que estaba situada detrás de otra loma, que ni las frecuencias de radio llegaban a esta zona.
Y el agua, a veces, la tomaban de los charcos que se hacían por las escasas lluvias, que solo ponían un pañuelo en el suelo, para que fuera como un filtro a los insectos, que hubiera en esa agua estancada.
Tan a ras del suelo, estaban esos charcos, que ni un pocillito cabía ahí.