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sábado, 24 de octubre de 2009

Profesora Rosa Eva Velázquez de la Garza ( 2 da. parte )

Foto de los años 50 ´s
Las clases en la escuela primaria " Expropiación Petrolera" , eran mañana y tarde; de 9 a 12: 30 y luego de 14:00 a 16:30A partir de 1963, se cambiaron las clases a un solo turno.En el año 1970, se inauguró otra escuela primaria del pueblo, la escuela “Manuel Azueta”.
La maestra Rosa Eva, no tan solo dio clases en la primaria, sino que también fue su hogar durante un año; vivió en el salón que estaba a mano izquierda, subiendo las escaleras.
Había buscado una casa de renta en el pueblo, y el director de la escuela, le sugirió ocupar, alguno de los muchos salones desocupados de la misma.La maestra mandó pintar un salón, y en compañía de su hermanito Miguel, de 10 años, y su prima Sarita, se trasladó a la escuela.

(En la foto, Miguel es el jovencito de la esquina izquierda,parte inferior,traje oscuro).
Mi abuelita Luz, ya trabajaba en la escuela, y el hermanito de la maestra, Miguel, después de sus estudios y obligaciones, se distraía, recorriendo los patios, y entablando “platicas” con mi tío Ángel.
Mi tío narraba sus experiencias con marcianos, y platillos voladores.
También, se le podía interrogar sobre su conocimiento del idioma ingles; como estuvo un tiempo en Estados Unidos, a los pequeños, les agradaba que les dijera como se decían los colores, los números o cualquier cosa que se les ocurriera en ese idioma.
Los niños, le hacían rueda, pero no hay que olvidar, que estaba enfermo, y el inspector de la zona escolar, el director de la primaria, y el presidente municipal de Pueblo Viejo, de esos años, movieron sus influencias, hicieron escritos, y lograron que mi tío, se internara en el hospital psiquiátrico, La Castañeda, de la ciudad México.
Duró poco el gusto, mi tío Ángel se escapó.
Se vino a puro patín desde ese lugar; ya tenía días su peregrinar ( son 8 horas de distancia en autobús), cuando por la carretera de México, venia la familia Rodríguez, y que lo reconocen, como el hijo de la conserje de la escuela primaria.
No lo podían creer.Mi tío Ángel, tenia las piernas hinchadas, los pies reventados; y compadeciéndose de el, pararon su vehiculo, lo llamaron, y lo subieron a su camioneta, dándole un raid al pueblo.
Duro tiempo se recuperación, y ya descansado de esa travesía, volvió a estar rodeado de chiquitines preguntones, curiosos, como son todos los niños de todo el mundo, y de todas las épocas.
Un dia de clases, en el segundo piso de la escuela, se armó un alboroto.
Corrieron los maestros, y el señor director; mi tío tenia fuertemente agarrado a un alumno.
Lo estaba ahorcando.
Le gritaron: ¡Ángel! , ¡Suéltalo!
Y obedeció, Gracias Dios.
De nueva cuenta, se hicieron tramites, y ahí va mi tío, de retache al hospital psiquiátrico.Ahí estuvo internado, hasta que cerraron ese hospital.La maestra Rosa Eva, me cuenta que en esos años, cuando aun no había electricidad en la escuela, ensayaban las rondas infantiles, a falta de música, tarareando y palmeando; en una ocasión en que ella y la maestra Flor de Maria Ortega, estaban en un ensayo, llegaron unas personas a recorrer la escuela, guiados por el señor director de la misma.

Después, esas personas, se quedaron cerca de ellas, observando sus esfuerzos con los chiquitines.
Al término de ese ensayo, se acercaron a ellas, las personas visitantes, y cual seria su sorpresa, que era el general Lázaro Cárdenas del Rio, en compañía del presidente municipal, y otras personalidades.
Las saludaron, las felicitaron, el general Lázaro Cárdenas, después de su recorrido, porque había venido a constatar, que clase de reparaciones necesitaba la escuela, porque se había enviado un oficio para pedir ayuda, para su mantenimiento y rehabilitación; comento serio, que si desde su inauguración de la escuela, hubieran guardado, un centavo diario, en ese tiempo, tendrían mas que suficiente, para hacer las mejoras, que se estaban necesitando.
Sabio consejo, pero difícil de seguir; una escuela, siempre tiene muchos gastos, y pocas entradas.( continuará la narración de esta semblanza)

martes, 20 de octubre de 2009

Profesora Rosa Eva Velázquez de la Garza



PROFESORA ROSA EVA VELAZQUEZ DE LA GARZA

Nació en Tampico, el 2 de diciembre de 1933.
Sus padres fueron, el señor Jesús Velázquez Castillo, y la señora, Francisca De la Garza.
La mamá de la maestra Rosa Eva, también ejerció el magisterio, dando clases en Jaumave, y en Güemez, municipios de Tamaulipas.
La maestra Rosa Eva, realizo sus estudios, en la Normal Alfredo E. Uruchurtu, localizada en Tampico.
Al término de sus estudios, y pocos meses antes de cumplir los 19 años, empieza a desempeñar el magisterio, en la escuela primaria, “Expropiación Petrolera”, de Pueblo Viejo, hoy ciudad Cuauhtemoc.
Corría el año de 1952, y la escuela primaria del pueblo, era considerada como escuela piloto, es decir, con la capacidad de dar clases a grupos de 1 ero. a 6 to. Grado; las escuelas de los alrededores, solo daban 1 ero, 2 do. y 3 er. Grado.
Por eso, al inicio de su profesión, la maestra, en sus grupos, contaba con alumnos, con edad un poco mayor a la de ella.
Su plaza de maestra, estaba incluida en la categoría de semi-rural, es decir, no estaba estipulada como plaza urbana.
La escuela contaba, con terrenos, cerca de la zona militar, donde se sembraban maíz, calabaza, fríjol, tomate.
Existían “tablas” con rabanitos y cilantro. Es decir, largas porciones, tiras de tierra, dedicadas, a esa siembra.
Los alumnos de la primaria, sobre todo los mayorcitos, acudían los lunes, miércoles y viernes, a los sembradíos; los productos de esas parcelas, eran utilizados para la escuela, el excedente se vendía, para utilidad de la misma escuela.
A mi abuelita Luz, siempre le tocaba un poco de lo recolectado.
Los jovencitos solo iban 3 días a la semana, para prácticas de agricultura, porque en esas parcelas, un señor del pueblo, estaba encargado, de su cuidado diario...


( esta semblanza continuará )

viernes, 16 de octubre de 2009

Adolfo Payés

Este premio lo recibí con mucho gusto de Adolfo Payés,
quien es un artista en todo el sentido de la palabra.
En sus blogs encuentran pinturas,poesías, escultura.


http://apayess.blogspot.com/

sábado, 10 de octubre de 2009

Familia Pérez Orozco


Semblanza narrada por Clotilde Pérez Orozco, que en las fotos se ve con anteojos,está en 2 do.lugar de izq. a der.,y la 3 era.´persona,es Indalecia,su cuñada y descendiente también de los Saint André Cobos.
Fotos del Club de la Tercera Edad de Pueblo Viejo,Veracruz.






FAMILIA PEREZ OROZCO

El padre, don Pedro Pérez Sóstenes, nació el 29 de junio, de 1905, era originario de Tantoco, Veracruz.
Murió en 1972.
La madre, doña Lucia Orozco Ramos, nació el 10 de noviembre de 1912, era originaria del Ojital.
Hace 40 años, después de ir al cine del pueblo, al salir, se había venido un fuerte norte, y como esa tarde, habían asistido a la película, varios pueblovejences, y el local, estaba resguardado por sus paredes del frío; fue un cambio muy repentino, de temperatura, y doña Lucia, murió de pulmonía fulminante.

El señor Pedro Pérez, y su hermano Atanasio Pérez, tenían un taller de hojalatería y pintura de carros, por la calle Abasolo # 40

La familia Pérez Orozco, estaba formada por sus padres, que ya nombre, y sus hijos:

Fabián, trabajaba como chofer de una empresa refrésquera.
Murió de 48 años de edad, hace 10 años, y fue sepultado en el panteón Jardines del Rosario.

Elvira, ama de casa, tenia 66 años de edad al morir, hace 3 años.
Su sepultura, esta en este pueblo.

Juana, vive en Tampico, y tiene 57 años de edad.

Pedro, hojalatero, jubilado de una agencia automotriz, y vive en Tampico.

Clotilde, Cota de cariño, cumplió 62 años de edad, este 2 de junio del 2007.Su esposo, se llama Leobardo Castillo, su hijo Leobardo Castillo Pérez (+), y su hija, Felipa Lucia Castillo Pérez se recibió en el Tecnológico de ciudad Madero, con altas calificaciones, y es ingeniera química.

Nicolás, Nico, es jubilado de un Banco.

Alberto, Beto, mecánico jubilado de una empresa cervecera.

Tomasa, Tomy, era 3 er. Maestre de Naval, trabajaba como oficinista.
Murió a los 39 años de edad, hace 17 años.
Está en este cementerio sepultada, cerca del descanso.

Los hijos de don Pedro Pérez, le ayudaban en el taller, pero al paso de los años, consiguieron trabajo, en otros lugares, y el taller, que continua en funcionamiento, ahora es atendido solamente, por sus sobrinos, hijos de su hermano Atanasio.
Ellos son: Tomas, Inés y Julián.
Y sus hijos, han creado otros talleres, ¡en hora buena! Pueblo Viejo, vive y vivirá, mientras sus pobladores, sigan amando estas tierras, que han sido regadas, con el sudor de nuestros antepasados.
( Fotografías para esta semblanza, cortesía del Profr. Martín Pérez San Martín, sobrino de Clotilde Pérez Orozco y cronista de Pueblo Viejo,Veracruz).

martes, 6 de octubre de 2009

Familia Anaya Maldonado ( 7 y final de la semblanza )



Contó doña Chica ,a doña Conchita que cuando era pequeña , jugando con amiguitas en el patio de esa propiedad, a la roña y a las escondidas, se les hizo de noche, y se metió para esconderse de sus amiguitas, en un como callejoncito angosto, que existía entre los cuartos del servicio sanitario y la pared de la barda.
Delante de ella, iba una pequeña, a la cual empujaba, presurosa, le instaba y le decía de modo apremiante… ¡hazte para adelante!... ¡apúrate!
Sentía en sus manos, su cuerpecito de la compañerita de juegos, escuchaba su respiración agitada, y al llegar al fondo de aquel corredor, la niña desapareció, y solo topó con la pared.
No había modo de que esa niña hubiera salido por otro lado, solo existía la salida, por donde doña Chica, estaba.

También relató doña Chica a la Administradora, que cuando ella tendría unos 5 años de edad, en esa construcción, se velaron 5 cadáveres.
Que ella recordaba la fuerte impresión que le produjo ver esos 5 ataúdes, alineados uno junto al otro.
Y que se comentaba que eran los cuerpos de 5 primos, que habían vivido, en lo que después fueron las Oficinas de Correos.
¿Por qué murieron 5 primos el mismo dia?
Vivian con su abuelo, varios nietos, pero había cuatro varones que importunaban continuamente al abuelo preguntándole, a quien le dejaría herencia, a cual de ellos, le tocaría qué, cuánto y cómo, y tal vez, por quitárselos de encima, se le hizo fácil a ese abuelito, decirles, a cada uno, tu serás el favorecido.
Un dia, que estaban todos reunidos, empezaron las recriminaciones, los celos, de ahí a las palabras, a la pelea abierta, y al ultimo los balazos.
Una prima de ellos, hizo cuanto estuvo de su parte, por detener aquella pelea, pero solo consiguió perder también la vida.
Tal vez por esa causa,en ese lugar espantaban.

Doña Conchita Rodríguez Anaya, estuvo cerca de tres años como Administradora de Correos en Pueblo Viejo, y después de tratar por un tiempo al joven Gaspar Rodríguez Chapa, a quien había conocido en Tampico, contrajo nupcias, en la capillita del pueblo, que en ese tiempo, era de madera y se ubicaba en donde ahora es el mercado del pueblo.
Su vestido de novia, fue elaborado por su mamá, doña Maria de la Luz Anaya Maldonado.
Renunció a su cargo como Administradora de Correos, y se dedicó a su hogar, que fue bendecido con el nacimiento de tres hijos, dos mujeres y un varón. Ellos realizaron estudios profesionales, una hija es Doctora, con Maestria y Doctorado en su especialidad, todos ya se casaron, y ahora, doña Conchita Rodríguez Anaya, convertida en feliz esposa, madre y abuelita, de una numerosa familia, vive en ciudad Madero, desde hace 53 años, pero continua en contacto con todos sus familiares, amistades y conocidos que tiene en el pueblo, que puede decirse, con justa razón, que doña Conchita, siente amor por Pueblo Viejo.
( la foto es de la Laguna de Pueblo Viejo,Veracruz, y es cortesía del profr. y cronista Martín Perez San Martín).


Mi esposo y yo le agradecemos a doña Conchita,sus finas atenciones al narrar esta semblanza.

jueves, 1 de octubre de 2009

Familia Anaya Maldonado ( 6 )



Es así, como doña Conchita Rodriguez Anaya ( a la der. en la foto) y su familia, decidieron cambiar su sitio de residencia, y para evitar que las Oficinas de Correos, en horas que no fueran de trabajo, estuvieran solas, se prestó un cuarto a unos vecinos.
Era la familia Cruz, que tenia como jefe de familia a don Hilarión.
Entonces a Socorrito, la esposa de don Hilarión, que la empiezan a espantar, pero como ya estaba avisada de que en ese lugar eran frecuentes los sucesos inexplicables, no le cayó de sorpresa, y a puras maldiciones, y exclamaciones airadas de ajos y cebollas, los mantenía a raya.

En una noche de festejos en el pueblo, andando doña Conchita con sus amigas, Lucila Delgado y la Chata Pérez en un baile, se les hizo fácil, ir al servicio sanitario de Correos, y al atravesar el patio, vieron en el brocal de piedra del pozo, sentada a una muchacha de pelo largo, güero.
La Administradora de Correos, creyó que era Lola, la hija de Socorro, la que estaba exponiendo así su vida.
Le habló a Socorro, y le dijo, dile a Lola, que no haga eso.
Fue entonces, que Socorro, contesto…si Lola, esta adentro bien dormida.
Y fue cuando, todas vieron como aquella aparición, se dejó caer al interior del pozo.
Corrieron a observar el interior del pozo, y la luz de la luna, les permitió percibir, como las aguas del pozo, se movían, como cuando un gran peso ha caído.

El dueño de una carnicería, que se encontraba cerca de correos, don Pedro Maya, estando una tarde destazando una res, vieron los empleados del servicio postal, que un poco de ayuda, no le caería nada mal.
Emilio Coronado, se ofreció a ir a ayudarle a hacer los cortes, y la Administradora de Correos, antes de que el cartero se fuera, se encamino a recordarle algunos pendientes, para que al volver, no quedaran sin hacerse.
Era tiempo de frío, y doña Conchita, vestía pantalón.
Se escuchó como si un puño de monedas, hubieran rodado por el piso, y el encargado de vender los timbres, don Celerino, bromeando, exclamó ¡águila o sol!
Pero no se habían caído monedas al piso, doña Conchita, vació a la vista de los compañeros empleados las bolsas de su pantalón, donde solo traía unos billetes, y cero monedas, y este suceso fue uno de los ya tan mencionados casos extraños de esa construcción.

Se aclararon un poco estos sucesos, o tal vez, se encontró un poco de base, al relatar doña Chica, a la Administradora de Correos lo siguiente: