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sábado, 14 de noviembre de 2009

Profesora Profesora Rosa Eva Velázquez de la Garza ( 4 ta. parte y final)

Cuando la maestra Rosa Eva( en este video se aprecia su presencia, su voz), daba clases en la primaria “Expropiación Petrolera”, recuerdo las exposiciones que había al término de los cursos escolares.
Salones, con sus paredes tapizadas por completo de manualidades, bordados en faldas y blusas, manteles, servilletas de cocina, pañuelos, toallas, y deshilados, en diversas telas.
Juguetes, unos de alambre, como muñecos con ceniceros, o de puras rueditas de tela, atravesadas en el alambre.
De los discos de pasta, hacían ceniceros, solo los metían en agua hirviendo, y con unas tenazas, les daban la forma que querían, cuadrada, redonda, ovalados, etc.
Luego, los forraban con estampillas, o recortes de revistas, después barnizados, también hacían lapiceros, de ese material.
Trabajos hacían con las canicas, las metían a hervir en agua, tapada la olla, para evitar cortarse al reventarse los vidrios.
Ya con las canicas pulverizadas, convertidas en diminutos trozos de vidrio, fríos, se pegaban en dibujos, y formaban cuadros dignos de exposición.
Otros trabajo manual era, con los cascarones de huevo, ya lavados, y secos al sol, se hacían trocitos muy pequeños, se pegaban igual a un dibujo, y ya seco el resistol, se pintaban con pinturas de agua.
Un frasco de vidrio, pequeño, se forraba con pedazos de pinzas para de madera, para ropa.
Se le daba forma de pocito de agua, con unas tablitas como travesaño en lo alto del frasquito, y se barnizaba, poniéndole flores, de adorno.
Hacían mascaras de papel mache, es decir, del periódico, embarrado con engrudo, que es el almidón cocido.
Y figuras pequeñas, caritas para títeres de teatro guiñol, o sea los que se movían de manera manual, al introducir los dedos en su cavidad inferior.
Ya secas, después de exponerlas por días al sol, se pintaban.
Aquí los niños, inventaban los diálogos.
En una ocasión, cuando varios de esos niños- artistas, cuidaban sus producciones, yo los observaba desde mi casa, tras de la rejita, y la maestra Rosa Eva, fue a chulearles sus manualidades, y a darles un acicate, para que mejoraran sus trabajos, al decirles…
¿De quién es este? Y ¿este otro?
Aquí los autores, señalaban ufanos sus realizaciones, unos monitos trompudos, otros con la nariz chueca, aquel sin orejas, y la maestra, que les dice…están bien bonitos, pero fíjense bien como los hacen…porque las cosas se parecen a su dueño.
¿Qué?
Oiga no, maestra, salio así porque…y explicaban sus razones y sinrazones, y la maestra se retiro riendo.
Se veía que le gustaba ser maestra. Su carácter, firme, de una pieza, enérgico, pero amable, educado.
No era faltista, era puntual, se arreglaba de modo discreto, pero elegante.
Caminaba erguido, su cabello bien cuidado y peinado; zapato de tacón, perfumada, toda una maestra.
No les gritaba a sus alumnos, pero sabía hacerse obedecer.
Sus compañeros de trabajo, la apreciaban, y aun ya de jubilados, la mayoría de ellos, persiste la amistad.

Un dia que yo estaba calcando un mapa, en casa, con mi abuelita Luz, fue la maestra; y al verme hacer esa tarea, me enseñó, que si por la parte de atrás, yo sombreaba con un lápiz, levemente, por toda la orilla de ese mapa, y después por el derecho, dibujaba el mapa, obtendría un calcado de mejor calidad y mas limpieza.
M e agradó, ese tiempo, que se tomó, para explicarme, con paciencia, como hacerlo.
Tengo 50 años de edad, y ahora, acudo a su casa, y le pregunto, con la misma confianza…maestra, ¿como ve esto?

Y después de haber empezado su magisterio, en la escuela primaria “Expropiación Petrolera”, en el año de 1952, de conocer y querer a los pobladores de Pueblo Viejo,
le llego su traslado a la escuela Vicente Guerrero, de ciudad Madero, donde estuvo el periodo de 1972-1973.
De ahí, en el periodo 1973-1974 la trasladaron a la escuela Serapio Venegas, donde se jubilo
En el año 1983.
Para esto, también daba clases en la secundaria # 1, la escuela Francisco Nicodemo, de la ciudad de Tampico, del año 1967 al año 1983.
En la especialidad de biología.
En esos años, fue la única profesora, de las que han ejercido en el pueblo, que estuvo dando clases en esa secundaria.

El esposo de la maestra Rosa Eva, profesor Francisco Hernández Luna, fue maestro de la secundaria # 2, de Tampico, la Lauro Aguirre.
En la especialidad de biología.
Fue mi maestro, de 1ero. y 2 do. Grado, en secundaria.
Todos los hijos de ese matrimonio, realizaron estudios superiores; uno de sus hijos es ingeniero, con doctorado en Paris.
La maestra Rosa Eva, y su esposo, el profesor, Francisco, viven en ciudad Madero, en una casa preciosa, fresca, donde se respira paz y tranquilidad; donde las plantas, se mecen suavemente con el viento, los mangos japoneses dispersan su aroma dulzon ,y las ardillas, los buscan, como su alimento predilecto.











2 comentarios:

  1. ya me gustaría poder sacar las historias que llevo dentro, pero solo me salen poemas, es bueno liberar lo acumulado.
    Gracias por estar ahí.
    Ambar.

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  2. AMBAR,amiga,de algún modo tienen que salir los sentimientos,y que manera más linda cuando es en forma poetica,como tu lo haces.
    Recibe un saludo con afecto desde estas tierras de mar y sol.

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