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martes, 5 de mayo de 2009

Familia Dominguez Zacarias

FAMILIA DOMINGUEZ ZACARIAS

Padre: don Manuel Domínguez. De origen Jamaiquino.
Madre: doña Ramona Zacarías Mellado. Originaria de Tampico Alto.

Hijos:
Víctor Manuel.
Carlos Leonardo
José
Dolores (Lolita)
Ramón
Jesús
Gloria. Nació en 1902.Estudio magisterio en Saltillo, Coahuila. Fue una de las fundadoras de la escuela secundaria nocturna mixta “Cuauhtemoc”.
En los certificados de estudio, firmaba como subdirector o secretario, el profesor Moisés Castro Govea, el cual vivía en contra esquina, a la plaza principal del pueblo, su esposa, era la señora Hilaria del Ángel de Castro (+), y sus hijos son: Renaud, Víctor Hugo, Dora Delia (profesora Dorita) y Moisés Castro del Ángel.
La maestra Gloria Domínguez Zacarías, fue directora de la secundaria nocturna mixta del pueblo,”Cuauhtemoc” la cual se ubicaba en salones de la escuela primaria “Expropiación Petrolera”, y su horario de clases, era de 18:30 a 22:30 p.m.
En el año 1971, cerraron la escuela nocturna.
La maestra Gloria Domínguez, fue maestra de la escuela primaria Art. # 123 de Mata Redonda, Veracruz, y posteriormente su directora.
También daba clases en la secundaria Justo Sierra, que se ubicaba en Colon y Rivera, en Tampico. Su especialidad era la materia de español.
Su hijo se llamaba Crisanto Cruz Domínguez, y murió el 13 de mayo de 1969, a los 33 años de edad.
Sus nietos son: Crisanto Amado, Raquel Alicia, Gloria Ramona, Juan Carlos, Manuel Cuauhtemoc, Maria del Rosario, Jesús Cristóbal, Pedro Joaquín y Cesar Agustín.
La maestra Gloria murió el 17 de marzo de 1978.

Los datos de esta breve semblanza, de la maestra Gloria Domínguez Zacarías, fueron proporcionados, por su sobrino, el C.P. José Ernesto Zetina Domínguez, el cual es hijo de doña Concepción Domínguez Flores y de don Ernesto Zetina Valencia.
El C.P José Ernesto, a quien cariñosamente se le conoce como Nino, amablemente, agrego los siguientes comentarios, de su visión del pueblo, de hace algunos ayeres…

La secundaria nocturna, dentro de su muy numeroso alumnado, contó con la asistencia a la misma de:
Noemí Domínguez Viramontes.
Lilia Guillen.
Dorotea Peralta Rosas.
Lidia, Leonor, Elsa y Lucio Valladares, hijos del matrimonio de don José Valladares y de doña Tana, los cuales eran dueños de la carnicería “Los tres hermanos’, que se localizaba, junto al famoso cine del pueblo. Frente al cine y la carnicería, don Hilario, vendía verduras en un carretoncito. Otra persona, que vendía verduras, por la carnicería de los Maya, era un señor de apellido Acosta.
Nino, también recuerda, que el litro de petróleo, se vendía en 25 centavos.
Que en el centro de salud, que se ubicaba donde hoy vive el dr. Santillán, atendía doña Luchita, la cual inyectaba y era partera. Su hija se llama Gloria.
Por la lomita, que va rumbo al cementerio del pueblo, existía una casa de madera, donde la mayoría de los chiquitines del pueblo, recibían apoyo en el estudio.
Ahí enseñaba, doña Columba Gómez, señora muy respetable, de origen cubano.
La maestra Columba, enseñaba, todos los días de la semana, incluidos los sábados y domingos.
Cuando Nino, ingreso a la primaria, ya sabia leer y escribir, gracias a las clases de la maestra Columba.
La maestra, amedrentaba a los chiquillos flojos, con un par de cinturones, a los que denominaba “café con leche’, solo les decía, a los chiquirrines, mientras señalaba los cinturones que colgaban de una pared… se me hace que quieren “café con leche”.
Pero nunca, llego a pegarle a algún alumno.
Los ponía a llenar planas de la escritura manuscrita.
Bajo la sombra de un higuerón, repasaban las tablas de multiplicar… ¡cantándolas!
Y los acompañaba, en ese repaso, un cotorro, al que llamaban “Don Nato”.
También el cotorro, lanzaba al viento, sus gritos de… ¡Columba!... ¡Tengo hambre!
Era tan buena como maestra, que hasta a don Pancho y a don Manuel, unos chinitos, les enseñó a hablar, leer y escribir el español.


Al lado de la casa, de la maestra Columba, vivía doña “Uche”, y su familia; eran filipinos y vendían dulces.
Otra persona, que también se dedicaba a la venta de dulces, era la señora, conocida por todos como “La pilla”, pero su radio de acción, era en los alrededores de la primaria “Expropiación Petrolera”, ella aun vive, y es posible localizarla, los viernes de rodante, por las mañanas.
Otro vendedor ambulante, era don Pavito, propietario de un carretoncito, muy surtidito de dulces y golosinas.
Gracias, Nino, por estas remembranzas.

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